viernes, 11 de septiembre de 2015

Mi marido y yo cuando llegamos en casa

Una mujer después de una larga jornada de trabajo no hacía más que llegar a la tranquilidad del silencio, sintiendo el calor de un hogar y esperando a un amante que demuestre cuánto la ama y cuánto deseaba estar con ella a lo largo del día.

Una comida bastante liviana y pasa a las 9 de la noche, he tenido un lugar bastante cómodo después de la larga jornada laboral , pensó después de pasar por varios charcos, ha tenido los dedos algo adoloridos, por esto puso la calefacción al tope y durante más de media hora del trayecto en su carro hasta la casa. Después relata.

Llegué a mi casa y mi marido ya sabe lo que me gusta, entro y con una sonrisa pícara comienza a abrazarme suavemente con cariño, después de algunos segundos estando abrazados, comienza a acariciarme lentamente y yo simplemente cierro los ojos poniendo mi cabeza recostada sobre su hombro, el continúa acariciándome suavemente como a mí me encanta y me sale la más grande y la más tonta de mis sonrisas, posteriormente caminamos agarrados de la mano muy lentamente y viéndose a los ojos sonriendo.

Dice que me quede para un rato en el cuarto, luego entra al baño y me invita a pasar, veo que tiene velas en el suelo y en todos lados, la bañera está llena de agua caliente, él se mete a la bañera y se asegura que el agua sea perfecta, yo lo veo con cariño y ternura y comienzo a quitarme l a ropa, ahora mismo es todo lo que necesito, él sabe que necesito cariño grande. Desnuda me acerco la bañera e incluso el calor se sube a todo mi cuerpo como un virus , Me siento apoyada colocando mi espalda contra su pecho y acariciándome el pelo de manear sensual. En ese momento cierro los ojos y me relajo sin preocupaciones y sin miedos, apagó mi mente para sumergirme en lo más cálido de aquel ambiente, me recuesto en sus brazos con la cabeza en sus hombros cierro los ojos y sonrío como el momento más feliz que tenido en aquel día.

Comienzo a ver el agua se empieza a mover cada vez más y comienzo a soltar unos ligeros gemidos de placer lentamente , voy viendo como el movimiento es cada vez mayor sigo gimiendo de forma muy callada y siento un cosquilleo bastante grande entre mis piernas, mis manos se apoyan sobre él tomando sus piernas cada vez más fuertes porque el placer aumento cada vez, poco a poco me voy dando cuenta que me está encantando lo que está sucediendo, ¡grito de placer! y mi cuerpo se tensa mi cara y cada vez me sumerjo en la inmensa atmósfera sexual que está creada, solo me dejo llevar.

Mis pezones están duros y mis párpados apenas tienen tiempo para levantarse, sigo sintiendo grandes emociones en mi cuerpo y la lujuria lleva a soltar mis manos del grillete que mantenía la presión en la bañera, mi cabeza gira de un lado a otro me muerdo los labios y mi cadera se eleva de nuevo, al acercar la cabeza mi marido me abraza fuertemente y me susurra algunas palabras al oído.

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